De Ur de Caldea a Belén de Judá

Cuando Abram tenía 75 años respondió a la llamada del Señor y dejó su patria, su pueblo y la casa de su padre y se dirigió hacia la tierra que Dios le había de mostrar. Abram se dirigió a Canaán, la Tierra Prometida, pero debido a una hambruna buscó refugio en Egipto.

"Tu envías el agua de los manantiales a los ríos que corren por las montañas. De ese agua beben los animales salvajes; con ella apagan su sed los asnos del monte. A la orilla de los ríos anidas las aves del cielo; ¡allí cantan, entre las ramas de los árboles! Tú eres quien riega los montes desde tu casa, allá en lo alto; con los torrentes del cielo satisfaces a ala tierra. Haces crecer a los pastos para los animales, y las plantas que el hombre cultiva para sacar su pan de la tierra, el pan que le da fuerzas, y el vino que alegra su vida y hace brillar su cara más que el aceite. Sacian su sed los árboles, los cedros del Líbano que el Señor plantó. En ellos anidan las aves más pequeñas, y en los pinos viven las cigüeñas. Los montes altos son para las cabras, y en las peñas se esconden los tejones"  Salmos 104, 10-18